Aunque sea un poco tarde, aprovecho que hoy me he levantado a las 5 para escribir este post (que llevaba rondando pero no he podido escribir).
Este año, el día de la madre ha coincidido con el día de la "Hacedora",.. aunque a mí me tocó trabajando... tampoco es que hubiera hecho nada especial, celebrar cosas no es lo mío jijiji.
Existe una diferencia entre tener un trabajo y una profesión... uno tiene un trabajo para ganar dinero, y puede gustarte o no, la profesión es algo más, es que te guste tu trabajo, aprender continuamente para mejorar y esforzarte en dar todo lo mejor de ti, y que si te tocase la lotería dudarías en si dejarías de trabajar o no. La mayoría de las personas tienen un trabajo, solo porque necesitan ganar dinero, van, echan sus horas (muchos a desgana) y se vuelven a casa sin pena ni gloria.
Vivo mi profesión con pasión, ya comenté hace años que me involucro mucho con mis mujeres, me siento como una madre protectora, a la vez que disfruto haciéndoles tener la mejor experiencia posible, dándole ánimos y haciéndoles ver la belleza del momento que están viviendo a pesar del dolor...
Me gusta hacerles ver lo afortunadas que son de poder dar a luz,
que lo valoren como un privilegio
que muchas mujeres no pueden vivir.
Es una experiencia brutal, muy animal y mágica a la vez... ver cómo la naturaleza es sabia, y si la dejas en libertad, su cuerpo les dice las posturas que favorecen que la cabeza vaya encajándose dentro de la pelvis.... esto me apasiona, observarlas en silencio y ver su comportamiento y posiciones, para intuir en qué etapa del parto se encuentran, sin necesidad de explorarlas... no solo posiciones, las localizaciones del dolor me indican la posición del bebé, que aparezcan gotas de sudor en la zona del bigote me dan información de que ya se encuentran en la etapa final del parto, así como los gestos y ruidos guturales que hacen por instinto...
Y ver cómo el bebé se abre paso a la vida....
eso no tiene precio.
Uno de los motivos por los que decidí no ponerme la epidural en mi parto, fue el dejar mis instintos intactos para que fluyera el parto, otro fue que necesitaba saber cómo eran las sensaciones para poder ayudar mejor a las mujeres que parían sin epidural.
Por otro lado, veo una inmensa belleza en las mujeres embarazadas, ese vientre redondeado es fascinante, incluso erótico.
Fue curioso, porque en mi vecindario nadie se dio cuenta que estaba embarazada hasta una semana antes del parto, que fue cuando la barriga dijo "aquí estoy yo", y en casa lo tuve oculto hasta los 4 meses pese a que iba a la playa (yo si me notaba que estaba perdiendo la cintura), y se veían los hematomas que dejaban los pinchazos de heparina en el vientre (por mi trombofilia), les decía que era para antes de quedarme embarazada... y coló. El hecho de ocultarlo a mi familia era para que no lo contasen por ahí.
Porque es muy desagradable que te feliciten por tu embarazo
cuando acabas de tener un aborto.
Rey se reía cuando íbamos a comer de mi madre, yo ponía cara de asco si había pescado o marisco (los aborrecí) y se lo echaba en su plato disimuladamente. Nunca vomité, aunque algunas veces sentía ligeras náuseas durante el primer trimestre. Tampoco recuerdo tener antojos, quizás me dio por la fruta, pero igualmente sin estar embarazada soy de comer fruta (es un dulzor diferente, sutil... me encanta).
Y te cambia la vida, porque pierdes tu independencia y tienes a un ser "simbionte" que depende exclusivamente de ti, y más aún cuando das el pecho... y Mindy tuvo una lactancia prolongada (el destete natural se da entre los 2 y los 7 años, haceros una idea). Así que la he tenido colgada al pecho como una monita durante bastante tiempo... y como me viese desnuda... ahí iba, como oso a la miel...
Pierdes los momentos de intimidad con tu pareja, Bob esponja y demás pasan a ser el repertorio de la televisión, a veces se puede ver algo cuando se duerme... pero no aguantas y te quedas frito, ahora que Mindy ya tiene una edad, más o menos se pueden ver otra variedad de películas (aunque siempre con sus limitaciones).
Y lo que nadie te cuenta...
la sensación de soledad*,
y las discusiones de pareja*.
El primer año es horrible, sobre todo si sientes que tu pareja no se involucra en la crianza o no se da cuenta de tus necesidades, y te invade una inmensa sensación de soledad, de abandono... durante ese tiempo tenía la sensación de ser "madre soltera", porque apenas contaba con su ayuda (su trabajo... y su ciclismo no se vieron alterados por la paternidad) y tuve que aprender a manejarme sola con ella, me la llevaba colgada en la mochila a donde fuera o mientras recogía la casa porque sólo quería estar en mis brazos, aprendí que la mejor solución para ducharme era hacerlo con ella (en cuanto se mantenía sentada)... por suerte mi madre me ayudó mucho llevándome comida (porque si no, no comía)...
Y, evidentemente, ese primer año, mi libido era la de una niña de 6 años, ya no sólo por el efecto de las hormonas, sino por el agotamiento físico y mental que tenía (y los problemas del trabajo, que a los 4 meses y medio me reincorporé a mi puesto).
Él no fue consciente de todo esto... ahora, que ya puedo hablarle de mi vivencia, se da cuenta de las cosas que entonces no veía... y reconoce su error.
Por suerte.... a partir de los 3 años llegó "la nueva normalidad".
Un beso a todos
Slán go foil
LDB
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