martes, 9 de mayo de 2023

Relación de amor-odio

     Y eso es lo que siento con el dibujo...


    Desde pequeña me ha gustado dibujar, se me daba bien y pasaba horas dibujando, (veía a mi madre pintar sus cuadros y me entusiasmaba la idea de pintar uno, ella me enseñaba cosas) era mi vía de escape, me imaginaba historias con mis dibujos e inventaba personajes, lo que más me gustaba era dibujar guerreras.


    Sin embargo también me he peleado con ellos y con el mundo alrededor a cuenta de ellos....

    Cuando era pequeña, quería tener un piano, un caballo y un telescopio, durante toda mi infancia lo deseé... recuerdo que cuando tenía unos 8 años, el ayuntamiento hacía diferentes actividades y mi padre me preguntó si quería ir a clases de piano o de pintura, y yo, ilusionada, le dije "¡piano!", pero me dijo "no, vas a ir al de pintura" (entonces ¿para qué me preguntó?), me llevé una gran desilusión, porque yo quería aprender a tocar el piano. (mi primer novio era pianista y resultó que él si había ido a esas clases del ayuntamiento).

    Entonces comencé a ir a esas clases, el profesor valoraba mucho mis dibujos porque lo hacía bien, pero me ponía dibujos para niños y no era eso lo que yo quería hacer, yo quería pintar cuadros como las personas mayores que estaban allí, copiar dibujos infantiles no me motivaba, me aburría, y unido a que tenía que coger sola el autobús para ir y volver a casa terminé abandonándolo.  

  Pero ya el hecho de no haber podido ir a clases de piano, con lo que deseaba hacerlo, me hizo enfadarme con el dibujo.


    Con el tiempo, no sé si sería con 11 años, mi madre me apuntó otra vez a clases de pintura, también por el ayuntamiento, pero cerca de casa, y lo impartía un pintor que era vecino de nuestra barriada... y otra vez lo mismo, yo quería aprender a usar óleo, pero me hacía hacer dibujos y apenas me prestaba atención... había muchos adultos pintando cuadros y sólo tenía ojos para una amiga mía (Svetlana) y su madre (esta amiga siempre ha sido del tipo de persona que le gusta ser el centro de atención), y parecía que era la única que valía... terminé aburriéndome y mi madre no hacía más que compararme con Svetlana, que si ella iba a las clases (ella y su madre y yo iba sola, para sentirme sola e ignorada) que pintaba cuadros... sin ser consciente de lo que pasaba en las clases (tampoco es que yo lo comentara)... y comencé a renegar del dibujo...

    Svetlana quiso hacer Bellas Artes, yo ni siquiera me lo planteé... e incluso cuando estaba en el instituto no me planteé estudiarlo, yo venía de familia humilde y estudiar Bellas Artes no tenía muchas salidas laborales, y no quería eso. 

    Además, pensaba que si dibujaba por trabajo y no por hobby terminaría odiando el dibujo... y por aquella época yo quería ser astrónoma como Carl Sagan, que era mi ídolo.

    Creo que fue a partir de entonces cuando empecé a ocultar que sabía dibujar bien, al igual que comencé a ocultar todas mi otras cualidades, (el dibujo, mi sexto sentido, mis historias imaginadas, mis conocimientos de astronomía y de culturas antiguas...), no sé muy bien el motivo, pero lo hice... porque en realidad, a nadie le interesaba...

    En los últimos años de instituto, empecé a dibujar esporádicamente... y poco a poco lo fui retomando... el verano antes de comenzar la carrera fue productivo artísticamente hablando, e hice varios cuadros a óleo, y empecé a tener una vida bastante bohemia a partir de entonces (aunque la gente pensaba que era hippie), y a enamorarme de los prerrafaelistas (recuerdo ir a la biblioteca de la facultad de filosofía y letras a leer un libro azul sobre Dante Gabriel Rosetti).


    Durante la residencia en la Dark City, cometí el error de que las maestras hacedoras conocieran mi habilidad... y entonces empezaron a lloverme retratos a óleo de sus hijos... me veía en el compromiso y no sabía decir que no...y me sentía abrumada, me quitaba mucho tiempo  algo con lo que realmente no estaba disfrutando, eran encargos "gratis"... y aprendí la lección... eso no volvería a pasar, nadie volvería a saber de mis dibujos.

    Cuando me vine de vuelta al reino Tartesio comencé a ir a clases de pintura de nuevo, (coincidiendo más o menos con la apertura del blog) a las mismas del ayuntamiento que fui de niña, y con el mismo pintor... pero esta vez se quedó impresionado... me dijo que él era pintor (óleo impresionista), pero que yo dibujaba mucho mejor que él... (y pensé, ¿ahora te das cuenta?)... aunque tampoco duré mucho esta vez yendo a clases, los turnos  que me pusieron por esa época me lo impedían.

    Poco después (ya hace casi 20 años) conocí a Fletch, éste me animó a dibujar, veía en mis dibujos algo que yo no conseguía ver, y me empujaba a no dejar de dibujar, incluso quería que aprendiera a entintarle, pero yo le decía que no sabía y necesitaba que me enseñaran.... él me decía que no necesitaba que me enseñasen, que sólo tenía que dibujar y dibujar (y me regaló un libro de anatomía del que él aprendió).


    Me motivó a dibujar,  y estaba muy entusiasmada. 


 
   Yo era reacia a entrar en su mundo, porque no me veía capaz, y porque soy muy celosa de mi vida privada... a lo que me contestaba: míralo por este lado... "estás privando al mundo de tus dibujos", y a mí eso me dejó impactada, porque yo no me veía como para que el mundo quisiera conocer mis dibujos... pero lo decía un maestro, y quizá tuviera razón... (aunque yo nunca veo ni bien, ni terminados mis dibujos). Y me decía; Siempre puedes firmar con un pseudónimo, como "Moebius", (incluso barajamos la posibilidad de usar mi apodo de "Dama Blanca")... y que si no podía dedicar tanto tiempo como él porque no iba a dejar mi profesión, siempre podía ser ilustradora.

    Y empecé a creerle y tener un proyecto de un cómic que le pareció buena idea, me puse a hacer el storyboard, tomando ideas, realizando sketchs... aunque tenía claro que lo prioritario era mi carrera profesional como hacedora... pero por culpa de eso me encontraba cargada de cursos, máster, oposiciones...  con mucho estrés y sin tener tiempo para dibujar...  Temía que Fletch me preguntara si había estado dibujando, y eso me estresaba más, porque sentía que le estaba fallando.
    Pero llegó un día en que Fletch esperaba más de mí... y yo no podía, así que creí que desaparecer de su vida y del mundo que lo rodeaba era lo mejor para los dos, y volví a dejar de dibujar, otra vez...

    En noviembre, cuando hablé con él, me preguntó si seguía dibujando...le tuve que decir la verdad (16 años sin dibujar, se dice pronto, pero perdí la motivación y sacar tiempo a veces no es tarea fácil, y el dibujo lleva su tiempo, al menos en mi caso, que al no saber de técnicas ni practicar a menudo, echo mi tiempo).

   Cuando marchó al otro lado, algo se removió dentro de mí, (además de la culpabilidad), se me volvió a encender la llama, y empecé a dibujar otra vez... aunque oxidada, pero disfrutando...nadie antes sabía que dibujaba (lo ocultaba, al igual que mis visiones) y ahora que han descubierto mis dibujos,  me piden que les dibuje algo (otra vez), aunque esta vez les respondo "a ver si saco tiempo", y con eso voy dando largas.


    Aún no sé si durará o si lo volveré a dejar... 

Pero por ahora, estoy dibujando..


    Además, he conocido a Coulson, que era amigo de Fletch, y desde la distancia me anima y motiva a que no lo deje... aunque conociéndome, no puedo prometer nada... pero puedo afirmar que por ahora, la llama  sigue encendida, y no sé a dónde me llevará....

  Y aunque ahora mi vista no es la misma y mi túnel carpiano a veces me adormece la mano...creo que es posible que no lo vuelva a dejar más... porque sigo enamorada.

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