lunes, 20 de diciembre de 2004

Algo del pasado...

Esto es algo que le escribí a cierta persona, para que conociera lo que en su momento no hizo por saber y que había cerrado los ojos para no ver, porque era lo más cómodo. De esto hace ya unos años, y la vida ha cambiado mucho, pero lo escrito con tanto sentimiento no me gustaría que se perdiese.....y habrá mucha gente que jamás lo comprenda, pero habrá muchos ke verán reflejados sentimientos idénticos....


Te voy a contar una historia, si es que te apetece leerla.
Había una doncella, joven y apasionada, con un espíritu para llenar un mundo de cosas bellas, amaba a todo ser viviente y luchaba por ellos... tenía muchos dones, así fue como nació, pero también con un gran defecto; una excesiva sensibilidad. (aunque tampoco debería ser considerado un defecto, ya que con él lograría ayudar a los necesitados de salud y darle espiritu a todo lo que su mano creaba)...ella sería "La Dama del Jazmín" algo parecido a un hada, entre flores, bailando, con el pelo de miel ondulante al viento...
Pero hubo un tiempo en que esto cambió, y cambió también su destino, los azotes de la vida hicieron mucho daño a esa "sensibilidad" innata de su dulce alma....y en ese tiempo, la musa de su inspiración desapareció, así como la fuerza de su espíritu, y vació su sonrisa muchas veces, llenándola de lágrimas...

Te contaré para que sepas que ha sido de mi vida y sentimientos en estos últimos meses, si quieres seguir leyendo.

Todo empezó sobre Junio, no, antes, sobre Febrero, no, antes, desde que llegaste de Germania...o quizá antes, desde la muerte de Ka.
Pero empezaré por lo más reciente, que creo que es lo que menos conoces.
La Dama, tras el duro trago de perder a su mejor amigo y hacia el cual, habían aflorado ciertos sentimientos (y en su momento tuvo que elegir entre su príncipe y su más preciado caballero). Tuvo que partir a una ciudad desconocida y sombría que tragaría su alma vorazmente, sin ninguna piedad. Tal como una maldición, duros golpes llegaron a ella, enfermó gravemente su madre, ella estaba sola, su príncipe marchó por mucho tiempo a lejanas tierras (por buscar hazañas que le convirtieran en un buen Rey, y así poder estar con su dama, a la que tanto amaba). En esa ciudad había unas brujas que se habían propuesto hacer que la Dama renunciase a lo que había luchado por conseguir durante tantos años; poder ayudar a la vida nacer. Día tras día el peso que soportaba iba haciéndose cada vez más pesado, pero no hubiese sido problema para ella si no fuese porque en su sangre faltaba el elixir de la alegría...
Pero la esperanza de que su amado príncipe regresara para siempre a ella, le daba fuerzas sobrehumanas para vencer a todos...Llegó por fín su príncipe, pero era un príncipe cambiado...algo no iba bien, no lo veía tan enamorado como cuando partió de su lado...pero pensó que quizá no era así, y que no tardaría en en ser el de antes...y realmente fue bien por un tiempo, se sentía feliz ( dentro del margen que suponía estar falta del elixir de la alegría)...ambos planeaban tener una vida juntos en su tierra natal, donde estaban sus seres queridos, donde la luz ilumina cualquier rincón del alma....Y ella deseaba volver, con toda el alma, y recuperar su vida, de la cual había perdido el control.
Pero algo truncó la historia...porque eso no llegaría a ocurrir jamás.
Su amado príncipe, quiso probar su destino como bardo, dejando atrás los proyectos que hicieron juntos. Él decidió quedarse en aquella gris ciudad, mientras que la Dama volvió a su tierra a buscar un oficio esperando a que él volviera tras terminar su formación. Pero le amaba tanto que no soportaba estar lejos de él, y decidió sacrificar su alma volviendo a la monstruosa ciudad, para poder estar a su lado, y aunque toda su vida la tuviese que pasar allí, lucharía por aquél que tanto amaba.
Pero al volver vio que todo había cambiado, más bien, su príncipe había cambiado, él solo tenía ojos para la vida que se había forjado en su mente, una totalmente ajena a la Dama, a la cual la Dama no tenía acceso de ninguna manera, bien porque el príncipe ya no la quería, ( y por tanto no quería ya un futuro con quien fue su dama). Bien porque la vida que como bardo quería, no admitía a nadie más a su lado. No se porqué el bardo no fue valiente y no dijo la verdad, sino que dejó que la dama luchase por un amor que estaba perdido, o al menos condenado. Muchas veces la dama preguntó, y nunca el príncipe.bardo contestó, no le decía que la quería, pero tampoco que no la quisiera. Y así, día tras día, la Dama veía cómo su amado se alejaba de ella, y ella se sentía culpable por no poder tener fuerzas para imbuirle su amor, su jornada de trabajo agotaba hasta la última gota de su llama, y el cansancio le vencía día a día... y, como el pescado que se muerde la cola, la Dama sentía que no era capaz de hacer feliz a quien amaba, porque la falta de vida y la falta del elixir de la alegría hacía que se sintiera triste, y al ver que su tristeza la alejaba de su amado , más triste de ponía...
Apenas la miraba, él nunca tenía tiempo para ella, (o no lo buscaba, porque ya no la quería y actuó como un cobarde al no decírselo). La Dama pensó que era algo pasajero, y que en algún momento, su príncipe volvería a ser el de antes, (el que la enamoró mucho tiempo atrás), un príncipe que sonreía cuando la veía, que era felíz sólo con su presencia, o con saber que ella le amaba...
La Dama sólo trabajaba, no era amada, ni neceitada, sólo trabajaba, día y noche...a veces pensaba que si de todas formas él no podía hacerle caso porque estaba tan dedicado a su música, lo mejor era trabajar y así conseguir tener dinero para cuando él terminase su formación y disfrutarlo mas tarde, porque en ese momento ninguno de los dos podían. La mataba el cansancio, y la soledad aunque no estuviese sola....sólo trabajaba, ya no sentía, ya no reía, ya no era fuerte, ya no vivía.
No comprendía, por qué su amado actuaba como si ya no la quisiera, pero cuando se armaba de valor y le preguntaba, una y otra vez, él nunca le dijo que no la quería, simplemente que la quería menos, debido a su tristeza (¡y qué podía hacer ella! Intentaba estar alegre, pero su cuerpo ya no lo permitía, su alma no respondía, su alma moría...químicamente moría, y así era imposible que la Dama consiguiera la alegría que necesitaba para recuperar su amor) Y él ya no le mostraba su amor, ya no le importaba ella, sólo quería su ambición de ser el mejor bardo del reino.
Ella se aferraba a que eran malos momentos, y que algún día todo sería como antes, por eso luchaba, cada día, por seguir en la maldita ciudad y en el maldito trabajo que quemaba todo su cuerpo y su espíritu. Luchaba como podía por su amor.
En el mes de Agosto, comprobó a su pesar que su amado no la deseaba, y que evitaba cualquier contacto cercano a ella, y ella le amaba con locura...eso no podía estar pasando, no, ¿cómo algo tan mágico como el amor entre estos dos seres se podía perder en las cenizas?.

A mediados de Agosto, la Dama volvió sola a la Gris ciudad, sin saber que ya no volvería a estar con su dulce príncipe. Ella mantenía la esperanza en un viaje que en breve éstos harían, a las tierras mágicas de Eyre, La Isla Esmeralda, ella pensaba que podría recuperarse y luchar por que su amado se volviera a enamorar de ella...pero esto no ocurrío nunca. La realidad fue, una batalla diaria por mantenerse en pie, tras trabajar por encima de sus posibilidades, por encima de su límite (pero lo hacía por amor, por estar con él) Solo tenia la esperanza de que sus esfuerzos sirviesen para algo. Y que más adelante todo saldría bien, y la inspiración volvería a su vida, al igual que su amor.
La noche entró, poco a poco, como una sombra, una mano fría le acariciaba el rostro...un voz profunda le llamaba...al abismo.
Sentía cómo su amado era más feliz sin ella, y eso dolía , y mucho...él la llamó, para decirle que volvía a su tierra natal, porque iban a admitirle en un grupo que se iba de gira...que se lo pasaba muy bien...y que ella hiciese lo que quisiera, que a lo mejor no podía irse al viaje esperado...que pensaba vivir en su casa materna, sin ella, y más adelante alquilar un apartamento ( y no la mencionó en ningún momento en sus planes venideros) ¿Qué podía hacer ella? Estaba en esa maldita ciudad por su príncipe, ¿cómo pretendía que ella se quedara?. Esto no puede estar ocurriendo, pensaba, no me incluye en ninguno de sus planes, no me da ninguna opción para intentar estar con él, soy un estorbo en su vida, nada más. (en eso se redujo su amor).
No sé cómo, la mano fría se apoderó de su alma, y nadie la salvaría del infierno por el que pasó. Ya no corrían lágrimas por sus pálidas mejillas, ni reía, ni vivía...porque ya estaba muerta, Sentía frío, se le helaba la sangre...cada paso que daba era un sacrificio...para ella nada tenía sentido ya, y quería partir hacia otro lugar, dormir eternamente.
Casi sin darse cuenta, empezaba a poner en orden sus cosas, la habitación como estaba antes, para que su amado no tuvise que hacerlo cuando dejase el piso que se la tragó.
Poco a poco se iba elaborando un plan, mejor que caerse a la carretera cuando esperaba el autobús...su amado disfrutaba sin ella, fiesta tras fiesta, ajeno a ella, lejano y perdido.
Solo quería que nadie la quisiera, así habría sido más fácil.
Cogió mientras trabajaba, anestésicos del Hospital, aguja fina y bisturís, ya sabía cuándo lo haría, el único día que tendría libre tras 20 dias sin descanso.
Limpiaría la casa, quitaría los jabones de la bañera, subiría las cortinas de la ducha (para no manchar nada). La llenaría de agua caliente, se pondría su vestido blanco, cargaría la anestesia, la pincharía en sus muñecas (para que no doliese), se tomaría la caja de pastillas y las ampollas de fentanest (para dormir profundamente y no enterarse de nada, y no cambiar de opinión) y cortaría las venas, terminando así con todo el dolor que sentía.
Pero la última noche que trabajaba, tuvo un segundo de felicidad, y la verdadera Dama reapareció por unos segundos, y se dio cuenta de lo que iba a hacer, pero, sabía, que su otro yo helado volvería y lo haría. Y creyó que podía pedir ayuda a la persona que más quería, su príncipe.


Esto no lo sabias, porque no me preguntaste, simplemente me dejaste, en menos de media hora.




Fueron momentos muy duros, pero no os preocupeis, ahora soy otra persona, simplemente quise escribir esto, para no olvidar lo frágiles que todos podemos ser en ciertos momentos, y que esto que escribí no quede en el olvido, y acordarme siempre. Un beso a todos

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