martes, 28 de febrero de 2006

"hombre en la Luna"

Científicos planetarios de la Universidad Estatal de Ohio han encontrado restos de impactos antiguos en la Luna, que pudieron ayudar a crear las manchas visibles desde la Tierra, llamadas comúnmente “hombre en la Luna”. El estudio sugiere que un gran objeto impactó contra la cara oculta y la onda de choque atravesó todo el satélite, pasando por el núcleo hasta llegar a la cara visible en la que aún están presentes las huellas del impacto. Desde las misiones Apollo se sabe que la luna no es una esfera perfecta sino que tiene una depresión en la cara oculta que está compensada con un abultamiento en la cara visible. Hasta ahora los científicos se han preguntado si esa forma fue modelada por el campo gravitatorio de la Tierra cuando la superficie de la Luna estaba todavía en estado pastoso y era maleable. Pero el investigador de posdoctorado Laramie Potts y el profesor de ciencias geológicas Ralph von Frese creen que se trata de restos de impactos antiguos. Ellos piensan que si la forma de la Luna se debe a la fuerza gravitatoria de la Tierra, no queda huella alguna en el interior, por debajo de la corteza; en cambio, si fue modelada por impactos, deben quedar marcas en el manto, que es la gruesa capa rocosa que está entre la corteza y el núcleo metálico. Y eso fue precisamente lo que encontraron al analizar los mapas del interior de la Luna hechos con base en datos tomados por las sondas Clementine y Lunar Prospector. En la corteza exterior del lado oculto se ve como si hubiera sido empujada por un impacto y se hubiera recuperado parcialmente, como un resorte; por debajo de la depresión, el manto se ve hundido, como lo esperaban los investigadores. Pero hay más aún, porque a más de 1100 km por debajo del punto de impacto, en la superficie interior del manto, hay un abultamiento que mira hacia el núcleo. Para von Frese fue muy sorprendente pues nadie pensaría que un impacto puede alcanzar a dejar huella a tal profundidad. Pero más sorprendente aún fue ver la parte que va desde el núcleo hasta la parte visible, justo en el lado opuesto del impacto. El núcleo sobresale como si el material hubiera sido empujado desde el lado opuesto; y hay abultamientos también en el manto interior y en la corteza exterior. Potts y von Frese creen que el evento ocurrió hace cuatro mil millones de años cuando la Luna era geológicamente activa y, tanto el núcleo como el manto eran un magma blando. Entonces la Luna estaba más cerca de la Tierra y por tanto las fuerzas gravitatorias eran más fuertes de manera que, cuando el magma fue deformado por los impactos, la gravedad terrestre se encargó de no dejarlo regresar. Las planicies oscuras de la cara visible, llamadas “hombre en la Luna”, son magma del manto que fluyó hacia el exterior e inundó los cráteres. La Luna se enfrió y quedaron esas manchas como huella de un antiguo océano de magma. Después de todo, no estaban tan equivocados los primeros observadores de la Luna cuando llamaron “mares” a esas manchas.

1 comentario:

isis dijo...

la misteriosa luna nunca nos desvelara todos sus secretos.....

bsitos*