martes, 10 de mayo de 2005

La Ninfa Egeria

La caverna de la ninfa Egeria

 
    Egeria era una ninfa perteneciente a las camenas de la mitología romana, éstas eran Carmenta, Antevorta, Postvorta y Egeria.

    Procedente de la región etrusca de Aricia, además de ninfa de las fuentes, Egeria estaba ligada originalmente al culto de Diana protectora de los bosque, ayudando a la diosa en los partos. 
Los antiguos la asociaron con el roble, tal vez como ninfa de una fuente que manaba de las raíces de este árbol. Y por la virtud profética que, entre los griegos , confiere el agua de esas fuentes, también se le atribuyó el don de la sabiduría.

     Posteriormente fue consorte y consejera de Numa Pompilio, el Sacerdote-Rey sucesor de Rómulo, ella le dictó las leyes de Roma.

     "En un importante manantial, habitaba la ninfa Egeria, amante de Numa, el famoso sacerdote-rey.
     Cuenta la tradición que Egeria acudía a diario a conversar con las nueve musas, inspiradoras de la poesía, la música, la danza, la astronomía y otras artes, transmitiendo estos conocimientos, que de ellas aprendía, a Numa, quien, de esta forma, pudo crear y organizar el calendario litúrgico romano, fijando las fechas de las festividades dedicadas a cada dios, la ceremonias y la legislación oportuna. 
    Cuando con el correr de los años falleció Numa, Egeria se sintió tan desconsolada que todas las ninfas y la misma Diana acudieron en su consuelo. La diosa acabó convirtiéndola en un claro y fresco manantial."

    Restos de baños encontrados dentro del recinto sagrado, así como muchos modelados de distintas partes del cuerpo hechos de barro cocido, sugieren que las aguas de Egeria se usaron para la curación de enfermos, los que pudieron manifestar su fe o testimoniar su gratitud dedicando a la diosa exvotos de los miembros enfermos, del mismo modo que todavía se acostumbra hacer en muchas partes de Europa. Hoy día, al parecer, el manantial sigue teniendo propiedades medicinales.

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